lunes, 28 de febrero de 2011


"I wasn't really tooth-receptive", o sea, "Estaba para pocos dientes" en traducción cobritas. O "No estaba para hostias". Así estoy yo ahora, con el hijo en la UCI, mi rehabilitación para el cuello ineludible, la inminente visita de cuatro mamones a los que grabar de aquí al viernes y estreno australiano en el Price. No doy más.

Además tengo que gestionar mi alta en el IAE y en la Seguridad Social y recoger material de microfonía y encima va a llover y no debería coger la moto, que es mi salvavidas horario.

Lo mío es una pena porque por mucho que pase el tiempo no se pudren las situaciones. Algunas deberían volatilizarse. Otras deberían ser prioritarias y no pueden serlo -léase el documental de Agustí-. Esta semana sólo me la justifico porque subirá la cantidad destinada a tu bañera de patas, que igual tiene forma de bañera con patas o de encofrado de hormigón, no se sabe.

La semana que viene me voy a estar contigo unos días. Lo necesitamos. Aunque trabajemos como si no estuviéramos juntos, estar juntos nos lo hace más llevadero.

A por ello.

miércoles, 16 de febrero de 2011

A veces me pregunto de qué tengo hecha la coraza que no me llegan las pedradas, pero yo sola me contesto. Si me da el sol en la cara mientras miro el mar y te tengo ahí tan incondicional, y a todos los míos que me hacen reír y preparo fiesta de cumpleaños y hay perspectiva de calçots y sabores increíbles en la memoria, y la playa, y he visto en directo cómo mi hijo ha crecido y a mi sobrino le encanta buscar dinosaurios escondidos en el cuento que le regalé... ¿quién, qué puede hacerme daño? Es como para reírse de los cretinos, ¿no?

Me acuerdo de mi padre, me daría la razón

martes, 15 de febrero de 2011


En esa cuesta de Sant Pol, que era un terraplén, que ahora es una escalera de madera con barandilla, pensaba que esas playas me recuerdan a Bolaño y que Bolaño me lleva a ti en Menorca y que añoro esa isla siempre y siempre que la añoro vuelvo a ti y a Ramón leyendo a Bolaño y a las chicharras del salón de las hamacas y a las tortugas bajo su higuera.

Hay sabores de este fin de semana que recuerdan al higo, al dátil, a la miel, al cava, al mar de las navajas y los mejillones, a la nata y a la manzana, a las vías del tren de Sant Pol y a la nieve del Montseny, a tu espalda, a tus greñas y a la fórmula 1.

Nos vemos con los calçots.

martes, 8 de febrero de 2011


Mañana voy a ver a Pedro. No sé por qué me apetece coincidir con él en la playa, quizá por sus ojos azulísimos. En esta foto está sin sus rizos actuales; otro aliciente verlo bien encroquetado de arena.

Tenemos unos niños alrededor que son fantásticos, hacía tiempo que no veía crecer humanitos y me gusta. Y al ser ajenos, siempre tenemos ganas de verlos.

Quizá alguna niña cerca no nos vendría mal. A ver si alguien se anima.