miércoles, 16 de febrero de 2011

A veces me pregunto de qué tengo hecha la coraza que no me llegan las pedradas, pero yo sola me contesto. Si me da el sol en la cara mientras miro el mar y te tengo ahí tan incondicional, y a todos los míos que me hacen reír y preparo fiesta de cumpleaños y hay perspectiva de calçots y sabores increíbles en la memoria, y la playa, y he visto en directo cómo mi hijo ha crecido y a mi sobrino le encanta buscar dinosaurios escondidos en el cuento que le regalé... ¿quién, qué puede hacerme daño? Es como para reírse de los cretinos, ¿no?

Me acuerdo de mi padre, me daría la razón

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