viernes, 28 de septiembre de 2012

A piñazos



He recogido esta semana un montón de piñas para encender los fuegos del invierno y me han dado ganas de liarme a piñazos con todo el mundo. Con los políticos, con los cargos electos, con los asalariados, con los autónomos, con los indignados, con los abogados, con los anestesistas, con los empleados de banca rescatada, con los mecánicos de servicio oficial, con los chinos de bazar, con las modelos del vogue y con los buenos ciudadanos, especialmente. Pim, pam, piña va, piña viene.

A piñazos se sale en el telediario. Acariciando no. Hablando se aburre a las ovejas y a piñazos te ríes un rato. Violencia indiscriminada, desparpajo dialogante. Pim, pam. ¿No estás de acuerdo? Piñazo. ¿Te pones en mi camino? Piñazo. ¿Estás estresado? Piñazo. Ya verás cómo lloras por algo.

Hoy día a base de piñazos puedes labrarte un futuro. Somos tantos y tan tontos que no hay manera de hacerse entender si no es a piñazos. Yo era de los antiviolentos, pero visto cómo va la cosa voy a seguir recogiendo piñas a mansalva por si acaso tengo algún problema.

El Estado reconocerá mi trabajo y la sociedad estará más tranquila. Contra las dudas, piñazos. Así de natural.



No hay comentarios:

Publicar un comentario