domingo, 9 de septiembre de 2012

Un brote verde real


Qué pena que la expresión "brote verde" esté tan devaluada. La ocurrencia de una ministra leída ha transformado el significado de algo que denotaba un futuro, un nuevo ser. En Soria se dice que los árboles o las plantas "mueven" cuando les brota la yema de un nuevo tallo. Yema, tallo, flor. El movimiento de la vida, en marcha.

A mí me gusta explorarme a veces para ver qué tallos nuevos me brotan. Con la edad parece que nacen menos alternativas, pero sólo es cuestión de mirarse las axilas, las ingles, los pliegues del cuerpo, para descubrir que seguimos evolucionando.

Voy escogiendo nuevos caminos, a veces sólo vías de servicio casi paralelas, con más baches y más cruces pero con otro sabor más plural que las autovías en las que la velocidad nos hace circular como si tuviéramos orejeras de las que les ponen a los burros para que no se distraigan y vayan siempre adelante, adelante, adelante.

Cuesta apartarse y parar a veces a descansar. Quizá la edad se asimile a lentitud, pero como decía aquel, "Pareceremos vagos, pero nuestra mente nunca descansa". No creo que tener nuevos puntos de vista sea contradictorio. Cambiar de opinión es también una forma de mover el pensamiento, de hacer que broten nuevas ideas en nuestro cerebro gastado por los años.

Esos años que nunca pasan en balde.


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