miércoles, 24 de marzo de 2010

Buscando imágenes de trenes de alta velocidad, me he encontrado con ésta, que es mucho más significativa. Así es la vida, señores. He estado dos días metida en trenes y autobuses y el tiempo ha pasado lento y muy rápido a la vez. En Barcelona intuí que la línea azul que se veía a lo lejos era el mar. Las curvas hacia el Tibidabo me estropearon la acogida estomacal que bien se hubiera merecido un estupendo cava, lo mejor del viaje. Castigada y sin postre volví al AVE rodeada de directorespegadosasuordenador que no recuerdan el verbo delegar, o confiar, como tú me apuntaste. La confianza está en horas bajas.
No he hecho otra cosa que ser transportada de un lado a otro, pero estoy machacada como si hubiera corrido. Así es la vida.
La primavera se impone. También entre nosotros.

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