lunes, 14 de diciembre de 2009


Ayer se pasó Robe Drexler por los páramos de la Alcarria y el solecito marcaba todas las líneas. Sabe mucho el sol. Sabe estar casi sin calentar, aunque temple la memoria sin decírselo siquiera. Ayer no había foto que pudiera expresar lo bien que yo estaba. Quizá si Machado se hubiese pasado por allí, o si aquellas encinas hubiesen sido olmos, o si hubiésemos podido conducir sin mirar la carretera, mirándonos solamente. Rumbo a Alaminos, quién pudiera haberlo previsto. Pastrana bien vale una hora. De camino. Serás siempre su nueva Duquesa.

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