viernes, 28 de enero de 2011

Enero da un poco de vértigo. Es contradictorio, porque se asocia con una cuesta arriba, pero yo me siento más bien como en las alturas y ante mí, una insondable distancia que me marea. Me pasa cada principio de año, una vez acabada la lisérgica ñoñería navideña. Quizá un poco más esta vez, no por los balances, sino por las expectativas. No estoy segura de poder abarcarlas y me pregunto si no estaré siendo poco valiente.
Valientes son las mujeres con las que ayer compartí charla y vino. Ayudan a otras a salir de infiernos domésticos y hasta se permiten bromas sobre ello. Cómo si no. Una me contaba que la gente le dice que es muy alegre y que lo es porque cree que una no tiene derecho a tristezas cuando la vida te ha tratado bien. Es una gran lección para aprender, si fuéramos capaces.

Estampa invernal soriana con mujer de rojo al fondo, de Mariano Castejón.
Para Celia, otra mujer valiente.

lunes, 17 de enero de 2011

El superhombre nació un día 14 de enero, tres días antes que su abuela Carmen, a la que no conoció. A veces pienso que el hijo que habría deseado tener era él, no yo.

Es inútil que la conozca por episodios que le deben sonar al pleistoceno medio. A Carmen había que tratarla para apreciar su dulzura incondicional. Se parecía a su nieto, tan trabajador.

Se habrían llevado bien. Hoy Carmen habría cumplido 85 años.

viernes, 14 de enero de 2011



Es un superhombre. Que se sepa, no tiene cicatrices visibles. Hace deporte, estudia cosas extrañas y come sano. Es una 'rara avis' veinteañera al que le gusta mucho serlo y por eso bebe pacharanes caseros. Y hace deporte, y es muy guapo, y toca la guitarra y chapurrea francés. Y encima canta, y lo hace bien; y escribe, y lo hace bien. Y es capaz de montar un dispositivo de emergencia en cinco minutos, vital si tu padre es un poquito dado a que le pasen cosas raras. Así dicho todo del tirón, casi asusta un poco, pero es lo que hay. Una carcasa bien puesta y un interior de lujo.

Menos mal que no soy su madre: bufaría a todas las bichas que se le acercaran y le avergonzaría a muerte con besos repetidos en los mofletes, de esos que suenan... De eso que se libra.

lunes, 10 de enero de 2011


Tiene una cicatriz de un arañazo de su primo en la nariz y los tobillos un poco a la remanguillé, pero por lo demás es un digno representante de los individuos de 10 años de edad. Los percentiles de crecimiento nos indican que está alto, aunque un poco flaco. Grasas cero. Fibras rápidas, muchas.

El diagnóstico general señala que tiene que practicar conversación en inglés y tolerancia ante la adversidad, materias en las que baja un poco su extraordinario expediente técnico y humanista. Apunta maneras en el tiro con arco y en el revés tenístico a dos manos. La flauta, mejor no mencionarla.

Ya está listo para la vida púber. Sólo queda esperar la primera mueca de amor.

Suerte.

martes, 4 de enero de 2011

Miro la foto de la juerga de nochevieja y no me creo que esa sea yo, tan descocada. No me recuerdo en esa actitud, ni siquiera recuerdo haber fumado un cigarro, ni que llevara los zarzillos esos de aro grandotes.

Ni el traje escotado de lentejuelas. No recuerdo haber estado nunca tan depilado ni haberme pintado jamás una raya azul sobre las pestañas.

Creo que esa no soy yo. Qué lástima. Otra vez será.