lunes, 10 de enero de 2011


Tiene una cicatriz de un arañazo de su primo en la nariz y los tobillos un poco a la remanguillé, pero por lo demás es un digno representante de los individuos de 10 años de edad. Los percentiles de crecimiento nos indican que está alto, aunque un poco flaco. Grasas cero. Fibras rápidas, muchas.

El diagnóstico general señala que tiene que practicar conversación en inglés y tolerancia ante la adversidad, materias en las que baja un poco su extraordinario expediente técnico y humanista. Apunta maneras en el tiro con arco y en el revés tenístico a dos manos. La flauta, mejor no mencionarla.

Ya está listo para la vida púber. Sólo queda esperar la primera mueca de amor.

Suerte.

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