jueves, 29 de abril de 2010

Catapán, catapún. Llega la catarsis del vino tirado, el sol y el buen rollito, aquí o en Valonsadero. Ya era hora. Ya nos pide el cuerpo trotecillo fiestero y música, aunque sea de gaitas. La cuestión es mudar la piel invernal pesada como una losa y aligerar, aligerarlo todo. Pin, pon, pan sanjuanero. Toda una filosofía. ¡Ay si los de Standard & Poor,s se dieran una vuelta por los chiringuitos..!

martes, 27 de abril de 2010

La esencia es lo importante. Teniendo ese paisaje bilbaíno tan imponente, que ni parece, la cebolleta es el centro de la imagen. Tengo el verde y el azul en la retina y en la memoria, y muchas imágenes bonitas, postal de tai-chi incluida. Pero mira, de pronto me ha parecido que era simbólico, que había mucho de verdad en este bulbo con cabellera. Tener visión de conjunto sí, pero también enfocar, resaltar lo importante, pasar de lo que sobra. Me he perdido un poco en la espiral de las dudas, pero vuelvo en mí sin hacerme mucho caso. A veces no es cuestión de repensarse, hay que atender a las señales. Si me citan para declarar en un juicio el 15 de julio en Cádiz, y no tengo destino veraniego, es blanco y en botella, ¿no? Pues eso.

SER SEGUNDO


Llevo un tiempo siendo segundo. Me presento a pruebas y no logro ser primero: sólo segundo. Son segundos puestos muy honrosos pero ahí se queda la excusa. No me gusta ser segundo.
Subes las montañas y llegas segundo. Alguien ha llegado antes.
Desde pequeño mi objetivo era ser primero. Es feo hablar de esto cuando uno es adulto y ya ha descubierto que ser primero siempre es imposible, que ser primero encierra peligros. Ser primero es casi molesto, es motivo de soberbia y de conflictos.
Me quedé con la idea de que ser primero era importante en los quereres. Ser el favorito, estar arriba del todo en el deseo, ser el primero de la lista de preferencias. No tanto llegar el primero sino ser el primero. Era la manera de seguir sintiendo que uno es imprescindible.
Sensación idiota, bobada insostenible. He de corregir mis parámetros. Lo que no sé es adónde me va a llevar esta obligada desmotivación.
Creo que debo subir el Pico Frentes cuanto antes.

lunes, 19 de abril de 2010


Estos cactus junto al río están marcados por las firmas de aquellos que murieron de sed esperando que el deshielo hiciera caudal suficiente.

Este río mediterráneo querría ser listo para ser ría en Bizcaia, querría saber dónde acaba de ser flexible la rigidez y dónde empieza a hacerse callo la ternilla.

Esta cabeza dura no para de pensar en ponerse un pañuelo a lo Grace Kelly.

Este mar que contiene una quely balear querría encontrar la manera de borrar las ofensas y los descréditos.

Me he comprado una goma Milan 430 esta mañana. Esta mañana también he oído que el lápiz es la mejor herramienta que hay.

Estoy de acuerdo.

jueves, 15 de abril de 2010


Te espero en el Duero, morena. Bájate de esa montaña. Aquí hay ternura para ti.

miércoles, 14 de abril de 2010


Retos que me hacen sentir como pez en el agua: bucear, iniciar algo excitante, descubrir una ciudad nueva en un plano, cuidar de tu bienestar, aprender un nuevo software...

He de soldarme por dentro, tengo hecho el puzzle pero las piezas están aún sueltas.

Tu superstición es el último reparo que podría quedarte para sentir lo que convocas: lo mejor. A ver si te lo vas creyendo y lo empiezas a administrar con tranquilidad.

Estamos esperando, los retos y yo.

Por favor, recuérdame que nunca más sea supersticiosa. El martes y trece vino cargadito de buenas noticas, materiales y espirituales. Luego, como siempre, alguien llegó y la jodió, pero eso no es culpa del calendario. Vienen tiempos intensos de trabajo, pero también de reto, como tú dices, y de expectativas creativas, que siempre llenan el alma de buena manera. Sólo falta que se pasen los males del cuerpo. He perdido horas de sueño, por la tensión del día, y compadezco y mucho a los insomnes. ¡Qué espesa se ve la vida desde el duermevela!


lunes, 12 de abril de 2010

La discusión sobre el cartel de San Juan está servida. Da al personal una excusa para despotricar y la cogerá al vuelo. Estamos programados para ser únicos, dice Punset, por eso es difícil que nos pongamos de acuerdo. También dice que está demostrado científicamente que, aunque se puede, nos cuesta la vida cambiar de opinión y admitir que nos hemos equivodado. No hace falta hacer un estudio sobre algo tan evidente, pero no quisiera yo llevarle la contraria a este hombre que tantos buenos ratos me da. Buen propósito del día: pensar unos segundos antes de rechazar la idea del otro y un minuto antes de hacer una crítica general y mandarlo todo al carajo. A ver cuánto me dura.

Líquenes como costras que te ponen cobertura de color, parásitos cutáneos que ya se van desprendiendo. Ya queda poco.

Sólo queda la mutación interior, el golpe que aflora, hematoma o aplastamiento, rotura del chasis, sensación de fragilidad. Quizá hacia adelante pase un poco más inadvertido el problema, quizá. Pero ocurre algo curioso cuando has tenido unos instantes de inconsciencia: te parece que sales desnudo de una zona negra, has estado expuesto y no te has enterado.

Relativizando, que es gerundio. A ver si me voy valiendo del todo.

jueves, 8 de abril de 2010



Bueno, pues eso, viva el glamour.

Hoy que andas por ahí vestida de domingo quería enseñarle los dientes a los que te hacen escuchar inconveniencias. Merecerías escuchar sólo versos impares sobre arpegios de lira.

Bueno, o sobre rifs de guitarra metálica huérfana de púa. Lo que prefieras.

La cuestión es que no podré volar en avión hasta que me cure las costillas pero eso no me amilana: que tiemble el cielo protector, ese que no tiene techo. Saldré disparado hacia arriba y perforaré la pleura de las nubes, sin piedad.

Estoy como nunca.

viernes, 2 de abril de 2010

El hostión ha sido gordo pero tengo el cráneo duro y sólo me lo he roto por cuatro sitios -sin desplazamiento- y no se nota nada nada nada.

Qué hijoputa el suelo, qué duro estaba. Y qué hijoputa el que pensó poner una cadena cerrando un camino sin señalizarlo bien.

Tengo unas semanas de recuperación. Nada grave. Sólo puedo comer puré, que es lo que me siento yo: un puré de mala hostia.

Al menos me cuidan bien. Gracias gracias gracias. Voy a buscar un abogado para reclamar por esto. ¿Alguien tiene alguna idea?