jueves, 8 de abril de 2010



Bueno, pues eso, viva el glamour.

Hoy que andas por ahí vestida de domingo quería enseñarle los dientes a los que te hacen escuchar inconveniencias. Merecerías escuchar sólo versos impares sobre arpegios de lira.

Bueno, o sobre rifs de guitarra metálica huérfana de púa. Lo que prefieras.

La cuestión es que no podré volar en avión hasta que me cure las costillas pero eso no me amilana: que tiemble el cielo protector, ese que no tiene techo. Saldré disparado hacia arriba y perforaré la pleura de las nubes, sin piedad.

Estoy como nunca.

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