miércoles, 18 de mayo de 2011

Mi hijo está en la Puerta del Sol intentando hacerse oír pero no sé si le van a escuchar. De momento han prohibido la concentración y no se sabe hasta qué punto los guripas van a ir de buen rollo.

Son jóvenes y maduros, ayer mismo yo estuve a punto de asomarme pero no lo hice, quizá porque hay veces en las que ya no quiero estorbar a otros con más energía en sus venas. Estoy allí de corazón, aunque tenga muchas dudas de lo que nos espera.

Es cierto que el río se está revolviendo y hay muchos motivos para no dejarse pescar una vez más. Una cosa está clara: o los partidos de izquierda se refundan o tendrán que inventarse alguna excusa para sobrevivir los próximos años.

¿Y quién organiza a los descontentos? Porque hasta ahora se les ha visto muy bisoños. ¿Qué es eso de impedir que se grabe sonido de las asambleas? Estaremos atentos a la pantalla... del teléfono móvil.

lunes, 16 de mayo de 2011

¡Qué desasosiego, qué zozobra! Por un lado, me gustaría votar, siempre lo he hecho, creo que hay que hacerlo y querría que mi hijo lo viera y pensara que sirve para algo. Por otro, entiendo a los que quieren usar el 'no voto' como castigo, como un grito contra este sistema podrido que premia a los corruptos. Pero si dejas de votar, favoreces a unos; si lo haces, perpetúas a los de siempre... En fin, que esto es cantar con poquita voz, pero desagradable. ¡Qué lástima que nos hayamos dejado quitar la ilusión de creer! ¡Qué frustración pensar que nada sirve para nada! Lo de las opciones ya es la risa. Mi hijo me dice a quién votar, por los lemas electorales y por la cara de los candidatos. Visto lo visto, es un gran criterio.

miércoles, 4 de mayo de 2011


Dice Pla que estuvo al borde de la muerte muchas noches y la verdad es que yo podría decir lo mismo y sin embargo estoy contigo, estoy aquí, como él. Estoy con vosotros.

A veces parece que estoy en otro planeta pero en realidad estoy siempre a punto de aterrizar con el paracaídas de mis orejas desplegadas. Siempre a punto de empezar algo, o de terminar alguna cosa. A punto de aparecer de nuevo.

Me callo cosas que siempre olvido y digo cosas que no debería pensar, pero así pasa todo en mi cabeza, sin lógica.

Pronto, quizá, empezaré a recordar.