miércoles, 18 de mayo de 2011

Mi hijo está en la Puerta del Sol intentando hacerse oír pero no sé si le van a escuchar. De momento han prohibido la concentración y no se sabe hasta qué punto los guripas van a ir de buen rollo.

Son jóvenes y maduros, ayer mismo yo estuve a punto de asomarme pero no lo hice, quizá porque hay veces en las que ya no quiero estorbar a otros con más energía en sus venas. Estoy allí de corazón, aunque tenga muchas dudas de lo que nos espera.

Es cierto que el río se está revolviendo y hay muchos motivos para no dejarse pescar una vez más. Una cosa está clara: o los partidos de izquierda se refundan o tendrán que inventarse alguna excusa para sobrevivir los próximos años.

¿Y quién organiza a los descontentos? Porque hasta ahora se les ha visto muy bisoños. ¿Qué es eso de impedir que se grabe sonido de las asambleas? Estaremos atentos a la pantalla... del teléfono móvil.

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