jueves, 31 de diciembre de 2009

El último día del año me está trayendo señales raras. Me he tenido que tomar dos calditos esperando que el sistema informático se restableciera. Y aquí sigo, entre las teclas en vez de estar cencerreando por ahí. Los planes de esta mañana se han ido al traste y todo se ha ralentizado, como si el año no quisiera irse.


Desde el otro lado del charco, las cosas se ven de diferente manera. A 35 grados y sin uvas de por medio, como que la Nochevieja es un chiste.


De repente, todo me parece un poco absurdo. El champán y los caramelos para la garganta me harán volver en mí. Como siempre, me gustaría que este día pasara deprisa, deprisa y ya fuera Año Nuevo y ya hubiera digerido la cena y las ganas tontas que me entran de llorar con las campanadas. Pero bueno, seguro que luego me río y lo paso bien. Nada nunca es para tanto, ni siquiera la Navidad.

miércoles, 30 de diciembre de 2009


Querida mía. Mañana acabamos el año y empezamos calendario nuevecito. Aquí, en Madrid, la víspera de Nochevieja se hace un simulacro en la Puerta del Sol en el que todos pueden ensayar, cada uno lo suyo: el relojero, la subida de la bola y las campanadas; el peatón, las uvas y los buenos deseos; la policía, el control (aparente) de la situación, etc. Voy a ir a presenciarlo con mi hijo el tallarín.

Ahora son las siete de la tarde y llueve a mares pero espero que escampe para intentarlo. Me apetece que haya muchos momentos irrepetibles y burlarme un poco de lo irrepetible de los momentos.

Cuando entró el año 2000 (el efecto 2000, ¿recuerdas?) un grupo de teatro muy conocido fletó un avión Concorde (el Concorde, ¿recuerdas?) para pasar el umbral una vez en París y otra en Nueva York, en la misma noche. Por la velocidad del giro terrestre sólo se podía hacer en vuelo supersónico, pero se lo podían permitir. Y lo hicieron.

Yo querría mañana poder tomar un Concorde y tomar las uvas en Madrid y tomarlas en Soria también. Y a poder ser, recogerte y tomarlas contigo en Hawaii o en Oaxaca o aunque fuera en las Azores no me importaría. O esperar a que te acuestes y meterme en tu cama y esperar a que llegaras de nuevo, como si fuera la primera vez. O la segunda o la penúltima. Da igual.

Y buscarte 2010 cosquillas.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Tenemos un seguidor!!!!!!!!!!!!!!!!!! (seguidora)

lunes, 28 de diciembre de 2009

Está bien que digas eso de que vamos hacia la luz un día como hoy, lluvioso y gris, en que al amanecer sólo se ha notado que se apagaban las farolas por la diferencia de temperatura de color, no por la intensidad o por la claridad de la luz natural.

Está bien que sirva para quitarnos el vendaje de los ojos, las orejeras de los oídos, los guantes de las manos y salir a la intemperie con los sentidos bien alerta. Desnudos, a poder ser, a pesar del frío.

Hay poco margen, no obstante, para adelantarnos a las tendencias estacionales al uso. Muchas veces las rebajas son simples saldos del año anterior. Cuidado.

Vamos a lo claro, es un hecho. Tú dices que no se aprecia, pero yo creo que sí, que los días alargan y el sol se resiste, y eso no es más que una señal, un anuncio, un preludio, un presagio, un buen agüero, una expectativa, una ilusión. De eso vivimos, ¿no?

lunes, 21 de diciembre de 2009


Aquí estoy, con los dedos fríos, quizá porque hace algunas horas que no los uso a conciencia, pero contento de formar parte de tu decorado prenavideño, invernal en cualquier caso. Tú no sufras por la nieve, se derretirá más pronto que tarde. En cambio hay cosas que no se van ni con agua caliente, algunos deseos, tendencias, cariños...

Te envío unos calores desde la cocina. Estoy en posición, cocinando cosas que sirvan para ir vaciando el frigorífico de mis archivos del circo. Es menester.

Te veo antes de la próxima nevada.


martes, 15 de diciembre de 2009

Pues yo quería decir que aún tengo en la mente y en la piel las horas vividas; que quizá no nos hubiera hecho falta un refugio tan confortable, ni mecernos con el agua, con las palabras de quienes mejor las saben tejer, con los paisajes nuevos pero reconocidos bajo un sol que sólo ponía luz, ni una banda sonora como escrita para dibujar un fondo cálido… pero que ahí ha estado todo, arropándonos. La fuerza del directo, como tú dices; ser testigo, vivir en primera persona lo que tantas veces se anhela y se imagina… y ser consciente de ello. Eso es la suerte.

Me viene pasando y tengo que contarlo. Es que a veces me vienen imágenes de Soria y se me humedecen los ojos. Estoy mayor, es un hecho, pero no me lo quiero negar.

De pronto me acuerdo de los robles de Valonsadero y me suben unos calores que no los puedo obviar. O huelo de sopetón ese olor a bosque, a sotobosque húmedo y frío del otoño y me dan escalofríos gustosos. O me acuerdo del sonido de la hojarasca cuando paseo por el monte, ese sonido que viene de aquí y de allá, de mis pasos, de los tuyos, de las carreras de las chuchas, y me tengo que sentar y respirar hondo porque no me puedo tener de pie.

Cualquier día me voy y no vuelvo.

lunes, 14 de diciembre de 2009


Ayer se pasó Robe Drexler por los páramos de la Alcarria y el solecito marcaba todas las líneas. Sabe mucho el sol. Sabe estar casi sin calentar, aunque temple la memoria sin decírselo siquiera. Ayer no había foto que pudiera expresar lo bien que yo estaba. Quizá si Machado se hubiese pasado por allí, o si aquellas encinas hubiesen sido olmos, o si hubiésemos podido conducir sin mirar la carretera, mirándonos solamente. Rumbo a Alaminos, quién pudiera haberlo previsto. Pastrana bien vale una hora. De camino. Serás siempre su nueva Duquesa.

viernes, 11 de diciembre de 2009


El agua nos espera. Agua que se lleve los estreses y los malos pensamientos, los cansancios y las tonterías que tiene una que oír y que parece que no, pero que seguro se van acumulando en algún punto medio del bazo. El cierzo de la imbecilidad diaria me tiene las neuronas atenazadas. Ellas hacen como que no escuchan, pero tienen que echarse mano a la cabeza para no perder el sombrero. Sufren, pero resisten.

miércoles, 9 de diciembre de 2009


Nooooooooo!! No quería que la novela terminara así. Me gustan los finales felices, la realidad ya es bastante terrible como para que las historias que podemos inventar también lo sean. ¿Cómo pudo dejarla ir? Era una chica maravillosa y él también y se querían y tenían la música y la casita de campo y se habían tratato tan bien hasta aquella noche... ¿cómo pudieron tirarlo todo por la borda por una absurda discusión? ¿cómo no pudieron darse otra oportunidad? Estoy segura de que nunca se olvidaron, de que fueron desgraciados en el fondo. Tendría que haberla llamado, allí mismo, en la playa, y decirle que la quería y que todo se arreglaría. Con un poco de tiempo y de paciencia se hubieran querido intensamente, como merecían. La vida es corta, no hay tanta gente que merezca la pena, no quiero más novelas con esos finales, me dejan muy triste.

martes, 8 de diciembre de 2009


Esos pelos que se mueven a la izquierda son de Borja. Añoro mis melenas, a pesar de que puede hacer veinte años que no las luzco. Donde hay pelo hay alegría. Da igual que sea fiesta o laborable, verano o invierno, no hay día que no me intente mesar mis cabellos, como no hay día que no intente empezar algo desde cero, hacer como que no sé, variar mis rutinas... Como si no hubiese pasado el tiempo.

Me molestan las repeticiones pero vivo de ellas. Repetirse para no aburrirse, aburrirse de repetir, rompo la repetición para aburrirme de algo nuevo. Vivir solo es cansado: siempre te encuentras con el mismo en el espejo.


sábado, 5 de diciembre de 2009


Fíjate que nunca había pensado en tus genes extremeños. Esta mezcla tuya explica mejor algunas cosas que te pasan, esos arranques hele-hele (pronúnciese la hache aspirada, por favor) que a veces tienes, y esa pasión tuya por los productos del cerdo no podían ser sólo sorianos. Aunque el sorianismo ayude.

Algún día seguiremos explorando en tu adn. Cuando puedas llevarme a conocer tu rama familiar de Monesterio comentamos más detalles.

De momento estoy deseando probar esa paletilla y su grasita entreverada. Amén.

Y lo mejor de la vaca no es solo que no tenga que estar pendiente del software, sino la playa que tiene al fondo. Vistas privilegiadas y recuerdos del sabor de una caballa a la parrilla bajo una repentina tormenta cántabra. Hablando de sabores. Jamonesterio, queso de cabra con pimentón, caña de lomo ibérico, aceite verde oro espeso como la miel... poesía pura. Tesoros extremeños para alegrar la navidad que se nos echa encima. Y digo yo, que con estas referencias en el ADN se puedan explicar muchas cosas, ¿no?

viernes, 4 de diciembre de 2009


Me he comprado un ordenador portátil. No habla la vaca, hablo yo, desde la urbe. Pero querría ser la vaca.

Querría ser vaca para que todos los avances ergonómicos que me anuncian no sirvieran para nada. Ni 'touch pad' ni la madre que lo parió. Un poquito de intuición y punto. La intuición vacuna. La vacuna de la intuición.

Nunca había tenido un portátil. Recluía los ordenadores en casa, bajo llave, para poder escapar de ellos cuando la cosa se ponía fea. Ahora me acecha el peligro.

Voy a buscar unos plugins a ver si me animo y se me pasa esta duda que me reconcome. Tengo los codecs incorrectos y la relación de pixels desproporcionada. Mañana más.

Internet acotado o total free? Quién le pone ahora el cascabel al gato cuando el minino ha chospeado a sus anchas? No se pueden gobernar avalanchas con papeles, aunque lleven marchamo oficial del ministerio, porque acabarán volatilizados. Bienvenidos a la nueva era, aquella que imaginábamos de pequeños en la que todo se manejaba con los deditos (tecnología táctil, no seas malpensado), los coches volaban y se podía ver en una pantalla al que llamaba por teléfono. No tardarán en llegar los androides que nos hagan sombra. Seguro que algunos mejorarían la especie. No hay más que echar un vistazo al periódico (digital).

No hay nada como taparse los ojos para no ver. Con este lío que hay montado con las descargas gratuitas en internet me parece que hay mucho caradura suelto, pero sobre todo mucho trasnochado. En la red se están eliminando los intermediarios en la industria cultural, que son los que se han estado llevando la pasta durante décadas, y eso es irreversible.

Intermediarios inútiles en esta era de trato directo. Es de lo poco que no se puede discutir en esta nueva época que estamos viendo llegar. Si nos convertimos en productores de contenidos, tenemos el futuro asegurado. Es un consuelo.

Y a los intermediarios que les den puerta.

jueves, 3 de diciembre de 2009


En llamas. Peligro. Hace días que barrunto algunos cambios y ya me queman. Será momento.

Llamas que curan, a modo de falla valenciana. Anoche viendo en la tele "Il Trovatore" me gustaba la madre que no tenía ningún reparo en consumar su "vendetta": es más, se lo pedía el cuerpo intensamente y no se cortó un pelo. Unas llamas le recordaban su tragedia y le invitaban a la venganza.

Yo no tengo que vengarme de nada, creo. Hubo un tiempo en que planeaba vengarme del Jefe de Cardiología del Hospital Clínico, por razones familiares. Pero se me pasó. Así que emplearé toda mi energía en causas positivas.

Ya te iré contando, madre.

martes, 1 de diciembre de 2009

Como el Nica contara tu vida, jacho, resumía pero bien. Resumir es bueno. Se van quitando capas y se queda uno en el meollo, que es lo interesante. Y ya. Un titular para cada persona. O se es un tipo honesto, o un capullo, o un fascista o un tío majete. Fino o falto, y no hay más.

Quizá otro podría contar cómo se nos ve por fuera. Nuestra autoversión siempre sería más benévola. Sabemos cómo excusarnos fácilmente, solemos caernos bien por alguna razón poco objetiva. Y pensamos por sistema que somos buena gente.

Mañana me reconciliaré con el género humano. O no.

Y tú eres un fino, claro.


Éramos la sombra de lo que somos ahora. Vamos a más. El Jaro, un gitano de la plaza que en realidad se llama Nicanor, ya me lo dice: tu vida es de chill out. No sé si es un halago o es que soy un muermo de cuidado. Igual le digo que me la cuente. Mi vida, digo. A lo mejor me descubre cosas desde fuera. Como aquella artista que a través de su madre contrató un detective para que la siguiera y así tener constancia de su existencia por las fotos y los informes que le enviaba. Quizá nos pasan cosas que no sentimos y deberíamos vernos con otros ojos.

Yo a ti te veo guapa y clarita, como el agua. Y tu silueta habla francés. Por si te sirve como punto de vista...