sábado, 5 de diciembre de 2009


Y lo mejor de la vaca no es solo que no tenga que estar pendiente del software, sino la playa que tiene al fondo. Vistas privilegiadas y recuerdos del sabor de una caballa a la parrilla bajo una repentina tormenta cántabra. Hablando de sabores. Jamonesterio, queso de cabra con pimentón, caña de lomo ibérico, aceite verde oro espeso como la miel... poesía pura. Tesoros extremeños para alegrar la navidad que se nos echa encima. Y digo yo, que con estas referencias en el ADN se puedan explicar muchas cosas, ¿no?

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