viernes, 28 de enero de 2011

Enero da un poco de vértigo. Es contradictorio, porque se asocia con una cuesta arriba, pero yo me siento más bien como en las alturas y ante mí, una insondable distancia que me marea. Me pasa cada principio de año, una vez acabada la lisérgica ñoñería navideña. Quizá un poco más esta vez, no por los balances, sino por las expectativas. No estoy segura de poder abarcarlas y me pregunto si no estaré siendo poco valiente.
Valientes son las mujeres con las que ayer compartí charla y vino. Ayudan a otras a salir de infiernos domésticos y hasta se permiten bromas sobre ello. Cómo si no. Una me contaba que la gente le dice que es muy alegre y que lo es porque cree que una no tiene derecho a tristezas cuando la vida te ha tratado bien. Es una gran lección para aprender, si fuéramos capaces.

Estampa invernal soriana con mujer de rojo al fondo, de Mariano Castejón.
Para Celia, otra mujer valiente.

1 comentario:

  1. Tienen razón tus amigas, qué hay delante de tí que no seas capaz de hacer? nada, aunque a veces echas de menos alguna ayuda.
    En realidad no tiene mérito alguno, el tesón y la voluntad son heredados o "aprehendidos", qué remedio! la Carmen era mucha Carmen, pero quizás la falta de mimo del Tetín desde hace tanto tiempo me hace ser a veces débil y vulnerable.
    En cualquier caso, estar rodeado de gente tierna, inteligente y dulce es un regalo de los dioses. Gracias a mi hermano por conocerte.

    ResponderEliminar