Mañana voy a ver a Pedro. No sé por qué me apetece coincidir con él en la playa, quizá por sus ojos azulísimos. En esta foto está sin sus rizos actuales; otro aliciente verlo bien encroquetado de arena.
Tenemos unos niños alrededor que son fantásticos, hacía tiempo que no veía crecer humanitos y me gusta. Y al ser ajenos, siempre tenemos ganas de verlos.
Quizá alguna niña cerca no nos vendría mal. A ver si alguien se anima.
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