Hemos vuelto al Tequileño Especial como quien vuelve a casa. Unos tacos y unas micheladas y unos tragos gustosos y calientes en un día triste, un día de muerte. A pesar de la pérdida de una persona muy querida hemos ido por el lado mexicano y lo hemos celebrado con Recodo, con José Alfredo y con chipotles adobados. Un acierto.
Cuando alguien se marcha deja su sabor reposado. En el caso de mi tía Isabel su sabor es de risa y optimismo. Se fue sin hacer ruido y nos ha dejado huérfanos y sordos de su voz y su buen humor.
Gracias a ti por estar a mi lado.
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