A mi también me duelen "las incles" cuando duermo en mala postura, pero lo suyo es demasiado. A falta de carnes que lo sustenten, este esqueleto que tantas alegrías te da se merece un club de balonmano que lo acoja. O algo que lo saque de la masa de hinchas monotemáticos que le rodean.
Bueno, sea como sea siempre nos podemos seguir riendo con sus ocurrencias.
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