viernes, 28 de mayo de 2010

Me he pasado la noche oyendo llover, en un duermevela espeso muy poco reparador. Mientras voy calmando el sueño con enormes bostezos, voy haciendo, voy haciendo. He visto a mi pequeño tritón nadar con mucho estilo y técnica depurada, por demás para su huesudo cuerpecillo. Tendré que prepararle una montaña de macarrones para compensar tanto desgaste acuático.

Yo también estoy como nadando, pero tengo la corriente en contra, braceo en espiral, me canso. Un poquito más de sol vuelve a hacer falta para dormir en seco y soñar bonito. Me hace falta...

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