lunes, 27 de diciembre de 2010

Mato dragones. Es un hecho. No es el que les tenga manía, pero si van a entrar por la ventana para llevarse a mis chicos y yo tengo una espada, la asociación es clara. Mi sobrino, al menos, lo ve de lo más lógico y duerme mucho más tranquilo. Hay que dejarse de doble cerradura o de puertas blindadas, el peligro llega por la ventana. Y para esos casos, nada mejor que una espada, aunque sea de madera. Los Reyes Magos también pasan de la entrada reglamentaria, y eso que llegan con todo su séquito. Este año volveré a poner lentejas para los camellos y una copita a sus majestades, a ver si me cae algo. No he sido tan mala, para lo que hubiera podido, y sólo ataco en defensa propia..

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