sábado, 25 de agosto de 2012

Proyecto azul




Desengrasando la primera paella del año, que se dice pronto, cerca del mar. Un castillo de un Papa Luna en cuarto creciente. Sal. Chichas y salchichas al aire.

Azulete Brasso, añil, un poco más claro. El abuelo cebolleta recuerda las coladas de ropa blanca al aire y el calor de las siestas de digestión de gamba roja. Me reencuentro con el mar y no me cuesta ningún trabajo adaptarme. En tres días estaremos en Menorca.

Hace tiempo que Amparito, la filla del metge, tan monina, meneaba el culet. Todo es una clave privada que no se puede aguantar.

Sólo falta sudar sobre la cama y esperar a que baje el sol. En la foto, una gallofa en Los Llamosos con el personal habitual de estos actos: niños, abuelas y moscos, cada uno a lo suyo. Me acuerdo de mi perra, tan bonita en la puerta de casa, esperando, tan saltarina para salir de paseo.

El verano se acaba y casi no ha empezado.




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