miércoles, 17 de octubre de 2012

La primera seta




Seta de cardo, la favorita de mi mujer. Me gustaría hacer una colección de cosas que le gustan y meterlas en una cajita en el congelador para abrírsela cuando tuerza el gesto.

No lo tuerce a menudo. Las Cositas forman parte de la estrategia. En nuestra fase de expansión actual, ahora tratamos de abrir la casa de Los Llamosos a nuestros amigos. La primera acción va a ser una merienda musical, para reivindicar la comida a media tarde, para combatir la clásica hipoglucemia de estas horas crepusculares. Música y dulce para que la noche llegue suave y no se nos atragante. Quizá alguna seta de cardo, para salar lo previsible.

Dicen que las meriendas son comidas de niños y de abuelos, de hospital y de gente aburrida. Nada de eso. Igual que el vermú te abre el apetito de la comida que le sigue, la merienda acaba en si misma como ágape, pero te pone en suerte para activar la mente. La merienda-cena es otra cosa, más copiosa, que no cierra la posibilidad de una recena posterior. La merienda a secas te deja con ganas de dar un paseo antes de la noche y de acabar en el sofá con más motivo, si cabe, repantingado sin zapatos. A gusto.

Quiero merendar, como niño y como abuelo, como ser holgante que gusta de no hacer nada de vez en cuando. Va bien para el estrés. Y favorece la charla con las personas queridas.

Oasis merienda. El próximo evento al que estáis todos invitados. Os esperamos.


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